Como cristianos, tendemos a dar por sentado mucho de lo que nos decimos unos a otros. Usamos muchas frases y modismos sin considerar lo que significan o cómo les suenan a los de afuera. Esto incluye términos y frases como “sangre del cordero”, “nacido de nuevo” y “Dios obra de maneras misteriosas”.

Una de esas frases que se ha utilizado cada vez más en los últimos tiempos es “justicia, gozo y paz en el Espíritu Santo”, una cita del apóstol Pablo. Todas esas son palabras que suenan positivas y espirituales, pero ¿cuáles son las implicaciones reales en nuestras vidas?

Cuando hablamos de caminar con Dios, es fácil limitarnos a eso: hablar. Caminar profundamente con Dios es otra cuestión. No hay rupturas con el Espíritu Santo y no hay un momento en que los ojos del Padre no estén sobre nosotros, ya sea en privado o en público. Para muchos cristianos, esta línea de pensamiento puede generar ansiedad y una religión basada en las obras. Para otros, significa apoyarse en la gracia de Dios con la esperanza de que Él perdone los errores constantes y los malos hábitos (a menudo pecados flagrantes). ¿Pero es esto lo que Dios quiere de un creyente?

Entre la santidad y la gracia de Dios, muchas personas luchan con las presiones de agradar a un Dios perfecto, y otras no hacen ningún esfuerzo, asumiendo que la gracia de Dios los cubrirá. Sin embargo, Pablo plantea desafíos en ambos extremos. En Romanos 14:17, afirma que el reino de Dios se manifiesta en “justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo”. Justicia significa conformar la propia naturaleza con el santo estándar de Dios, y paz implica la ausencia de ansiedad. El gozo es un placer sobreabundante y exuberante proveniente del conocimiento de la bondad de Dios. La declaración de Pablo requiere un caminar intencional en justicia. Sin embargo, si la vida es sólo una secuencia de faltar o hacer la voluntad de Dios, entonces viviremos nuestras vidas con miedo y rigidez.

Lo sorprendente de caminar con Dios es que, aunque Dios es justo y santo, a los creyentes se les promete paz y gozo. Estos beneficios son emocionales, pero también mucho más profundos de lo que podemos sentir de forma natural. Dado que los seres humanos parecen tener tan poco control sobre sus propias emociones, ¿cómo mantienen la paz y la alegría, así como un estilo de vida recto? Bueno, la parte más importante de este versículo podría ser "en el Espíritu Santo". Un caminar de fe con el Espíritu Santo (o, dicho de otra manera, confianza en el Espíritu Santo) es el solo manera de vivir el mandato de Pablo. El abuso de la gracia de Dios o una vida impulsada por el miedo no lograrán alcanzar el objetivo, pero el Espíritu Santo que habita en los creyentes es la clave para encontrar el equilibrio.

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